Referentes Clásicos

En este blog se publican los trabajos de los alumnos que cursan la asignatura Referentes clásicos de las manifestaciones culturales modernas en el IES Misteri d'Elx durante el curso 2014-15

jueves, 25 de febrero de 2016

El destino de Pandora

La criatura abrió sus ojos. Una blanca luz la cegó durante unos segundos hasta que poco a poco pudo centrar la vista. Ante ella se alzaba un hombre que debía ser, como mínimo, tres veces más alto y corpulento que ella. No sabía quién era, pero su sola presencia le imponía de tal forma que le hacía temblar por dentro. Por más que recordaba haberle mirado a la cara, no podría describir con seguridad su rostro. Junto a él, otros hombres y mujeres del mismo tamaño le miraban con expectación, como si esperaran que dijera o hiciera algo interesante. Pero ella no sabía qué hacer. Entonces, el padre de todos los dioses habló:

- Pandora... - Pandora, ¿era ese su nombre? De algún modo supo que sí. -  Hermosa y terrible creación a partes iguales. Tu figura moldeada de barro, semejante en belleza a las inmortales, y tus atributos otorgados por los dioses, llevarán a los hombres a su perdición. Dolor, muerte, sufrimiento, destrucción...Tú serás la causante, oh dulce Pandora, de todos los males de la humanidad.





No entendía por qué debía causarle males a nadie, no quería hacerlo, pero de algún modo sabía que lo que el dios decía era cierto. Podía sentirlo. No obstante, midiendo con cautela sus palabras por miedo a ofenderle, objetó:

-Pero señor, sin ánimo de contradecirle, yo no quiero ser la causante de tales males. Yo no quiero hacerle daño a nadie.

Lejos de enfadarse ante la impertinencia de la joven Pandora, el altitonante se limitó a sonreír y a responder:

-No tiene importancia lo que tu desees. Por más que quieras negarte acabarás haciéndolo, pues está en tu naturaleza, Pandora. Es para lo que has sido creada. Nadie puede escapar a su destino y, los hombres, ya están condenados.

La joven de profundos ojos negros no supo qué responder. No quería llevar a cabo aquella misión para la que había sido creada. Ella no se sentía un ser maligno, no había decidido que quería ser así. Sin embargo, en su interior sabía que era cierto. Que una desgracia se cernía sobre ella y sobre todos aquellos que estuvieran a su al rededor. Sabía que, como Zeus le había dicho, "nadie puede escapar de su destino".

Pandora recibió una jarra y la orden de no abrirla todavía. Más tarde, descendió hasta la Tierra.

-Parece un lugar encantador. - pensó - Es una verdadera lástima.


Pandora, de Thomas Benjamin Kennington.

4 comentarios:

  1. Muy bien, Selene. Pero repase algunos acentos y suba una imagen para ilustrar su relato.

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    1. Muchas gracias por su comentario y por su sugerencia, Διδάσκαλος. El relato ya ha sido revisado. He efectuado unos pequeños cambios que consideraba necesarios y he añadido unas imágenes.

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  2. Por el pecado de un sólo hombre, mucho más fueron castigados. Es un alivio, mi adorada Selene, que Pandora, pobre, ilusa, curiosa Pandora no quisiera hacer ningún mal, y una verdadera lástima que fuera creada, por mis hermanos y hermanas, para tal horrible fin.
    Un encantador relato, debo decir.

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    1. Querida Diana, muchas gracias por tu comentario. En efecto, quería transmitir como la pobre Pandora, que carecía de malicia, no tuvo opción puesto que, como sabemos, el destino está por encima incluso de nosotros, las divinidades. Me alegra que te haya gustado mi relato.

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