Referentes Clásicos

En este blog se publican los trabajos de los alumnos que cursan la asignatura Referentes clásicos de las manifestaciones culturales modernas en el IES Misteri d'Elx durante el curso 2014-15

viernes, 13 de mayo de 2016

Ariadna abandonada en Naxos


En la ilustración realizada por Erato se puede apreciar a Ariadna de espaldas, la cual acaba de ser abandonada por Teseo.
Como indica el mito, en breve se encontrará con Dioniso.

(...) Era el momento en que la cristalina escarcha comienza a salpicar la tierra, y las aves a quejarse, ocultas entre el follaje. Aún no despierta del todo, amodorrada por el sueño, moví mis manos, incorporándome, para abrazar a Teseo. 


No había nadie. 

Retiro mis manos y por segunda vez palpo y muevo los brazos por el lecho. No había nadie. Los temores sacudieron el sueño; aterrorizada me levanto, y mis miembros se lanzaron fuera del lecho solitario. Enseguida resonó mi pecho al golpe de las palmas y, según me encontraba, despeinada por haber estado durmiendo, me arranqué los cabellos. Había luna. Miro por si puedo ver algo que no sea la playa, pero mis ojos no tienen nada que mirar que no sea la playa. Unas veces hacia aquí, otras hacia allí y hacia ambos lados corro sin orden, y la espesa arena refrena mis pies de muchacha. 

Mientras tanto, cuando gritaba por toda la playa: “¡Teseo!”, los huecos roquedales me devolvían tu nombre, y cuantas veces yo te llamaba, te llamaba otras tanta el lugar mismo; el mismo lugar quería prestar ayuda a la desgraciada. Había un monte; se divisan en lo alto unos pocos matorrales; desde ahí cuelga un escollo, roído por las sonoras aguas. Lo escalo. El coraje me daba fuerzas. Y así puedo medir con la mirada la alta mar en toda su extensión. Desde allí -pues también los vientos fueron crueles conmigo- contemplé los lienzos tensos por el arrebatado Noto. O los vi, o tal vez fue que creí haberlos visto. 

Me quedé más fría que el hielo y apenas viva. Pero el dolor no me deja languidecer por más tiempo. Me siento excitada por él, me siento excitada y llamo a Teseo con la fuerza de mi voz. “¿Adónde te escapas? —grito—. ¡Vuelve, criminal Teseo! ¡Da vuelta a tu nave! ¡No tiene completa su tripulación!” Eso dije. Lo que faltaba a mi voz lo completaba con gemidos. Los golpes que me daba se mezclaban con mis palabras. Para que al menos pudieras verme, si es que no me oías, mis manos agitándose te hicieron señales desde lejos. Y puse una tela blanca en una larga vara para avisar de ese modo a quienes se habían olvidado de mí. Pero ya te habías arrancado a mis ojos. 

Entonces, por fin, lloré, pues antes el dolor había paralizado mis ojos delicados. ¿Qué mejor podían hacer mis ojos sino llorar por mí, después que habían dejado de ver tus velas? Y deambulaba sola con los cabellos sueltos, como una Bacante impulsada por el dios ogigio, o bien me sentaba, yerta, sobre una piedra, mirando al mar, y era yo tan piedra como la piedra misma sobre la que me sentaba. Una y otra vez vuelvo al lecho que nos había acogido a los dos, pero que no iba a mostrarnos nunca acogidos en él, y en vez de tocarte a ti, toco lo único que puedo, tus huellas y el colchón que tus miembros habían calentado. Me tumbo y sobre el lecho, que chorreaba de las lágrimas que yo había vertido, exclamo: “¡Dos estuvimos encima de ti, haz que volvamos los dos! Vinimos aquí juntos, ¿por qué no nos vamos juntos de aquí? ¡Lecho traidor!, ¿dónde está la mayor parte de mí?”. (...)
(Carta X. Ariadna a Teseo, Heroidas, Ovidio).

6 comentarios:

  1. Me encanta la forma en la que se ha escrito el relato de cuando Teseo abandona a Ariadna en Naxos. El lector puede identificarse con los sentimientos de la joven que se encuentra aterrorizada por la idea de que su amado le haya abandonado, exausta por haber tratado de buscarlo e impotente ante el hecho de no poder hacer nada, y esto precisamente es lo que le hace llorar amarga y desconsoladamente ya que ha sido traicionada por aquel en quien confiaba. De nuevo, destaco la expectacular narración de Erato que ha sabido reflejar a la perfección los sentimientos de la muchacha. Muy bien, Erato. Su relato es impresionante. Siga así.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Ohhh me encanta muchísimo. Me encanta el personaje de Ariadna y su relación con Dionisio es una excusa que ambas hemos utilizado para incorporarla y tratarla de nuevo.

    Me encanta el dibujo en color y me encanta que la refleje de respaldadas (como pude notarse yo también lo he hecho).

    ResponderEliminar
  4. Sin embargo, hay algunos aspectos de su dibujo que me desconciertan.

    Primeramente, el muro. sí, el muro dado a que se encuentra abandonada en una isla.

    Después, la corona de hojas de parra ya que si acaba de ser abandonado por Teseo, Dioniso se supone que todavía no ha llegado o pasado por la isla y se ha enamorado de ella (esto si no estoy interpretando mal la parte del mito que representa).

    Todo dicho desde mi humilde opinión y considerando que sobre todo yo en los aspectos de errores debería callar.

    un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches, estimada Κυνόσουρα.

      Me agrada que os hayáis fijado en esos pequeños detalles, ya que al fin y al cabo, tendría que aclararlos tarde o temprano. Tanto la corona de hojas de parra como el muro están colocados a propósito en el dibujo.

      Me basé para hacer el dibujo en un famoso cuadro (que precisamente ha sido utilizado en una de las publicaciones) de J. W. Waterhouse, ''Ariadna'', donde la joven aparece tumbada y junto a ella se puede apreciar el muro que aparece en mi dibujo.

      En segundo lugar, me ha parecido irónico que Ariadna llevara una corona de hojas de parra, ya que Dioniso se va a encontrar con ella y casualmente, esta planta tiene relación con el dios. Es una pequeña pista de lo que va a suceder a continuación.

      Espero haber resuelto sus dudas.

      Un abrazo.

      Eliminar
  5. Ni yo mismo hubiera podido contestar mejor a las objeciones de la hipercrítica Κυνόσουρα a su espléndido dibujo. Sólo puedo añadir que Naxos no tenía por qué ser una isla desierta, y por lo tanto puede haber un muro desde el que mirar al mar. Su dibujo me recuerda también al minotauro pintado por George F. Watts. Creo que lo vimos en la primera evaluación (o lo vieron ustedes con Nélida):https://es.wikipedia.org/wiki/Minotauro#/media/File:GeorgeF.Watts-Minotauros.png

    ResponderEliminar