Ulises, el viajero incansable, ha decidido reanudar su viaje. Quién sabe, tal vez sentía nostalgia del mar y deseaba pisar de nuevo la arena virgen de las playas, respirar el ambiente canalla de los puertos, sortear las tormentas y las calmas; puede que aún le quedaran monstruos por derrotar o que Penélope no le haya esperado a su regreso o, simplemente, le aburría aguardar la vejez en su casa de Ítaca, condenado a engordar y a envejecer como un burgués satisfecho. Quizá, en fin, añoraba las caricias de las ninfas, el abrazo letal de las hechiceras, la triste sonrisa de las princesas…
A lo largo de los próximos meses le ayudaremos a completar su equipaje con este cuaderno de bitácora en el que vais a dejar escrito para siempre lo mejor que encontréis en vosotros mismos. Todo lo que le deis, estad seguros de que el viejo marino os lo devolverá con creces. Y al final del viaje, si sabéis disfrutarlo, tampoco vosotros desearéis regresar a casa, sino que partiréis de nuevo, esta vez de verdad, habiéndoos vuelto, sin apenas daros cuenta, como él: más sabios, más ricos, más nobles...
¡Buen viento y feliz travesía!
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