Cuando empino la copa
Se aduermen mis cuidados.
¿Qué me importan las penas,
Fatigas y trabajos?
Si he de morir, mal
Que me pese, ¿qué saco
Con querer descifrar
De mi vida el arcano?
El vino del hermoso
Lieo, pues, bebamos;
Que empinando la copa
Se duermen los cuidados.
(Traducción de José María Díaz-Regañón López)
A
Se aduermen mis cuidados.
¿Qué me importan las penas,
Fatigas y trabajos?
Si he de morir, mal
Que me pese, ¿qué saco
Con querer descifrar
De mi vida el arcano?
El vino del hermoso
Lieo, pues, bebamos;
Que empinando la copa
Se duermen los cuidados.
(Traducción de José María Díaz-Regañón López)
A
¡Bebamos!
ResponderEliminarObviamente podrían sacarse aspectos negativos. Sin embargo, me voy a centrar en los positivos. Se nota que no es calcado, Dioniso va a acompañado de uno de sus atributos: el tirso y en su rostro se muestra alegría.
Gracias señorita
EliminarDebo reconocer que me encanta la alegría que rebosa la sonrisa del joven Dioniso, al igual que la marcada musculatura. Es un dios al que tenemos idealizado (en realidad, ¿qué dios no está idealizado?), pero en este dibujo se puede ver una versión más humana, más... vulnerable, por así decirlo.
ResponderEliminarMe gusta mucho, ¡siga así!
Muchas gracias Erato, me alegro de que le guste. Sí, seguiré así.
Eliminar