Cuenta la leyenda que
el titán Prometeo
robó el fuego a los
dioses,
lo bajó desde el
Olimpo
oculto en un extraño
tallo incandescente
y lo entregó a los
hombres, sus amigos.
De aquel regalo
obtuvieron los mortales
–junto a un discreto
placer inofensivo –
una mayor aptitud
para el trato social.
A Prometeo, en
cambio, Zeus lo castigó
con un cáncer de hígado
Ingenioso poema, ínclita Medusa, casi me deja usted de piedra. Espero que no la lleven a los tribunales por hacer apología de tan funesto vicio: cosas peores se están viendo estos días.
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